Es ya verano y un sol
reposado
escolta a este ser
ufano,
primavera ya abandono
con sus altos y bajos
es hora de luz y
pocos altercados.
Me levanto e inspiro,
el aire deja un
seductor sabor a flores y campos,
con su aroma va desvencijando
dopamina y oxitocina,
la que causo tantos
desacoplados.
Sentado con café en
mano
oigo el griznar de
esos mismos pájaros,
los que acompañaban a
cada canto
a mi yo más puro y
humano.
Y aquí me tenéis
escribiendo de algo
que no es amor ni un
llanto,
solo de mi y de cuanto
te echaba de menos
a ti Sandro.