mi corazón junto con mi mente se encuentra,
Ya no oigo dulces cantos, ni me dejo eclipsar por efímera belleza,
solo veo realidad y escucho el clamar de sirenas incompletas.
Por no esperar,
no espero ni a mi princesa de puerto.
Por no pedir,
ni ha Poseidón le pido pescar en mares revueltos.
Solo navego escuchando el viento
y me nutro de sus ecos.
Me conmuevo observando el confín,
y del alternar de sus lunas y soles aprendo.
Y solo pido….
Al fulgor, que me sorprenda,
a la oscuridad, nuevas constelaciones y estrellas,
a la vida, navegar por ella,
a la muerte, mi huella.