Esbozos de una mente adormecida, que vaga por estos mundos de poca tinta.
jueves, 31 de octubre de 2013
Sirenita de agua dulce
Lleno de espejismos los días,
soy viajante de oasis temporales
y navegante de arenas eternas.
A veces vivo realidades
que se vuelven sueños,
a veces me gustaría
que todo fuera una quimera.
Hace unos años divise una sirena,
hace años que me baño en ese oasis
para poder contemplar la belleza.
Y que soy para ella?
Un pez de colores brillantes
que se pavonea en sus aguas fugaces,
un pez al que de cuando en cuando
atonta con su esporádico y bello canto.
Si ya lo decían los marineros de antaño
cuando perdían el rumbo y el barco,
el que era seguro
su bien mas preciado.
Y yo ya me canse de reclamarte
en esos fondos angostos del pasado.
Y ya no me queda oxigeno
para bucear entre esos miedos precipitados.
Así que salgo a mis arenas eternas
esperando a que algún día sirena,
me eclipses con toda tu belleza
y podamos revivir así
ese beso trémulo de mirada cristalina.
viernes, 18 de octubre de 2013
Zoológico de mi ser
Paseos animales por recovecos y huecos,
jaulas que custodian recelosas
partes de mi ser.
Sollozos en la parcela dos,
necesidades vacías y sus respectivas heridas
¡mira! pero no las podrás ver.
Brincos y pescados en litros despreocupados,
piruetas azules vestidas de alegrías
jovial estanque donde poderme perder.
Plátanos y emparentados espacios cálidos,
familiares caricias espulgadoras de imposibles días
contiendas de bien para proteger.
Aleteos y vuelos en cielos vacíos,
fantásticas visiones llenas de esperanzas
noble corazón aún sin florecer.
Eres mujer, eres edén
Mis letras tiritan
y mi puño tiembla,
al quererte escribir, ¡bella!
Para hacerlo bien
las letras deberían surgir del edén
y una vez plasmadas
desterrarlas para poderlas leer.
Que se le dice a esa sonrisa de miel?
que a soles eclipsa
y disipadora de tristes historias es.
Que se le escribe a la divina ternura?
si abismos separan
a la caricia más tierna jamás conocida
de tu ser.
Que pomposa imagen hallaré?
para no quedarme
a infinitas distancias
de ti, mujer.
De tu delicada grandeza,
de esa gran madre.
De esa mujer
que se descalza por la vida
para pisar y sentirla bien.
Si todos fuéramos un pedacito de ti
en los días no quedarían tristezas por las que llorar
ni creer.
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